La historia se ha cansado de hablar del famoso diario de Yrigoyen, al que le redactaban especialmente para contarles las buenas noticias de su gestión que estaba en las antípodas de serlo. Lo sucedido este domingo, formará parte de otro de esos tantos relatos que este gobierno nos tiene acostumbrados. Esta vez no hay diario ni consultores que le están mintiendo al presidente, es el gobierno que nos cuenta una historia totalmente opuesta a la realidad.
El acto de la militancia peronista, es otra de las tantos artilugios que usa la gestión desgastada y sin rumbo de Alberto Fernandez, algo así como tapar el sol con el dedo. Se basa en simbologías, como siempre lo ha hecho el kirchnerismo. Usan imagen histórica de la vuelta de Perón, tan popular e impregnada en el colectivo social argentino como un hecho épico. De eso se agarra este gobierno, para torcer la tan dilapidada imagen que dejó el atropello que sufrieron en las urnas el pasado domingo. Festejan el fracaso como otro éxito. Y la verdad es que tienen razón, son autores del fracaso más exitoso de la última etapa de gestión democrática.
El relato no tiene coherencia, hablan de trabajo, pero cortan la semana al medio, movilizan trabajadores, paran la producción para una marcha política. Hablan de un lanzamiento del gobierno de Alberto Fernandez, entonces ¿Quién estuvo en el gobierno estos dos años?
El gobierno no está contando la verdad, habla de generar empleos, cuando en estos días Garbarino despidió 1800 empleados, el dueño de la casa de electrodomésticos tiene cercanía con el gobierno. hablan de una remontada en las urnas, a cuestas del plan platita, Nunca dicen cuanto nos costó al pueblo esos votos o lo que paga el gobierno y los sindicatos las movilizaciones, porque si hay algo que no tienen es espontaneidad, no se trata de autoconvocados, hay dinero y movilización paga. ¿si está todo pago semejante apoyo a los Fernandez la marcha es genuina? Nos están haciendo comer como tantas veces un verso. No nos olvidemos que estamos hablando del mismo presidente que dijo que el Covid se curaba tomando té caliente, el mismo presidente que dijo que cuidaba a todos los argentinos pero después puertas adentro de Olivos hacía fiestas privadas, mientras a la sociedad obligaba estar encerrada. Es el mismo gobierno que apenas asumió, se puso frente a la Mesa del Hambre, junto a Tinelli y otros secuaces, otra maniobra de campaña, porque la mesa del Hambre nunca funcionó. Es el mismo gobierno que dejó libre presos, con la excusa de la pandemia. Es el mismo hombre que años anteriores daba reportajes en la prensa hablando mal de Cristina y hoy esta en el trono del ejecutivo puesto por el dedo de ella. Es el mismo quien manejó los índices falsos del Indek de Néstor, o sea sabe como falsear la verdad. Mientras tanto, estos dos centenares de pymes cerraron y una veintena de grandes empresas se fueron del país dejando miles de desempleados.
Estamos por empezar a cursar el tercer año de su gestión con un 40% de la población pobre, donde se le ha tocado el bolsillo humilde a los jubilados, mientras que su vicepresidenta tiene dos pensiones millonarias. Pero no es todo. No hay que olvidarse de la historia no tan lejana. La crisis en la que estamos sumergidos es aún peor que la de Fernando de La Rúa, con condimentos alfonsinistas. La diferencia es que este gobierno se mantiene en el poder porque justamente son peronistas y tienen el “aparato” de su lado. Sino, no se comprende como la central “trabajadora” con sus bufones apoyan un gobierno que fue en contra del poder adquisitivo de la clase obrera; ¿Dónde está Baradel? donde está la defensa de los más castigados. Porque si Macri era crisis, Fernandez la profundizó.
Volviendo a los sindicatos; en situaciones similares hicieron 13 paros generales a Alfonsín y lo desestabilizaron y hoy están de pie debajo del palco aplaudiendo.
La oposición dice no entender porque el gobierno festeja el fracaso de las urnas, es muy sencillo; Ocultan la verdad lo que más puedan, hacen la fiesta, para los fanáticos, cuando en realidad son los que no la necesitan, porque siempre votarán un gobierno filo peronista, porque no importa que hagan, importa que a quien voten, cante la marcha.
Hacen una fiesta, y aunque la plaza sea multitudinaria, es una fiesta para pocos. 300.000 personas no representan a los 40 millones. Una fiesta que no hay que olvidarse, que como toda fiesta alguien la va a pagar.