Si hay pocas cosas de las que tenemos en claro que el gobierno hace, es justamente usar el relato, generar movilizaciones no espontáneas y barrer bajo la alfombra lo más que se pueda, todos los problemas que acarrean a la argentina desde la inseguridad, el empleo y la economía en general, con una máquina aceitada, con los engranajes perfectamente encastrados, una máquina que se llama discurso. Algo que al Kirchnerismo siempre funcionó y hoy no será la excepción.
La gente por lo general festeja todos los cumpleaños, las bodas, pero hay una realidad, le damos principal énfasis a los números redondos. Es así, que se conmemora básicamente de 5 en 5 . El primer año es más que especial, pero ni el segundo, ni el cuarto tienen tanta importancia como cumplir 5 años, lo mismo sucede con los 10, los 25 o los 50. ¿Entonces por qué el gobierno festeja con bombos y platillos, shows musicales, pasajes gratuitos para que la gente de pie se acerque a Plaza de Mayo para festejar los 38 años de la gestación del último periodo democrático argentino? La realidad es que ninguna novedad asoma bajo el sol, más que tapar los problemas sociales. Como todo relato que en argentina estamos acostumbrados, A pesar que son situaciones y momentos distintos, los relatos que encubren un problema social, es una práctica existencialista en nuestro país. El mundial del 78 mostraba al mundo la normalidad de un país sumido en la peor de las dictaduras argentinas. Incluso la guerra de Malvinas, fue el manotazo de ahogado en whisky de Galtieri para abanderarse en la patria, que el mismo aniquilaba en las sombras con tortura y desaparecidos con un país en quiebra en una agónica inflación.
La respuesta a semejante montaje de hoy del presidente y su vice, es para tapar el día de la asunción de los senadores opositores; es así que hoy es sin dudas, un día histórico no para la patria, sino para el PJ que por primera vez pierden la mayoría en la cámara alta, una asunción que hoy por hoy es meramente un día simbólico, ya que como pasar, en términos prácticos, no iba a pasar nada, como tampoco en un país “normal” pasaba nada el día después de las elecciones de las PASO y las del pasado noviembre, donde también salieron a festejar con aires de triunfalismo una derrota aplastante, pero claro… Los medios y las redes sociales se hicieron eco de esto y opacaron la fiesta de los vencedores. Este festejo del 10 de diciembre por los 38 años de la vuelta de la democracia en Argentina, es otro artilugio más de la gran máquina discursiva del peronismo en la piel kirchnerista. ¿y quizás muchos se preguntarán que ganan? y la verdad es que eso del todo no lo sabemos, pero a priori, muestra al mundo y a su gente y al pueblo en general, movimiento social, apoyo de las “clases” unidas bajo el banderazo nacional, es la opinión pública lo que esta en juego. Y esto puede ser mucho, en momentos donde la inflación anual superó la barrera del 50%, donde a los jubilados, a pesar de los aumentos no les alcanza para vivir, donde si bien se recupera la actividad comercial a niveles pre pandemia, no es suficiente para tapar la alta desocupación, las empresas que se fueron, el alto costo de vida, el dólar por las nubes, la falta de credibilidad de los privados a la hora de invertir, el riesgo país récord, la destrucción de la educación con una alta deserción escolar por parte del alumnado, los movimientos sociales marchando dos veces por semana al ministerio de Desarrollo social hartos de la polenta y obligando el aumento en los planes, pero paralelamente el FMI exigiendo bajar la producción monetaria, que como receta ya está comprobado que empobrece más, basta con mirar los números del Indec y todo observatorio social que indica que el 40% de la población es pobre. Como frutilla al postre, es Diciembre. Y quienes vivimos en este país, diciembre tiene el fantasma del 2001, más este año, que como remate del chiste de mal gusto, se cumplen 20 años de lo que se considera la peor crisis económica / social de la Argentina.
Es triste, pero es cierto, la actualidad no tiene nada que envidiarle al 2001. La diferencia está; que las recetas económicas utilizadas en ese momento, fueron más drásticas e hicieron salir a la calle a un sector que no acostumbra, tocaron el dinero de los ahorristas y esa vez no hubo grieta que valga. Hoy, el problema de fondo es el mismo o quizás peor. Lla emisión monetaria es otra de las farsas, nos llenan los bolsillos con papelitos de colores que día a día pierden valor, pero nos dan más, entonces, la rueda gira y se vive anestesiado o como un conejo detrás de una zanahoria, porque la diferencia con el 2001 es que la zanahoria la habían sacado de la vista, hoy al menos está enfrente, no se alcanza, pero la ves. Hoy cuesta llegar a fin de mes, pero no importa, sabemos que algún retoque en el bolsillo o ajustando el cinturón, o con algún bonito llegamos al mes que viene.
Los argentinos se acostumbran a menos. Primero se acostumbraron a tres generaciones que es posible vivir sin trabajar, sin generar. Ahora, a los pocos que hacen mover el motor, que se puede vivir con menos, un sector que es tan castigado como los otros, porque quienes trabajan en el sector privado mantienen planes, educación pública, municipales, justicia, seguridad y por supuesto los políticos. Por eso es poco creíble la frase trillada últimamente: “La Patria es el otro”.
Estamos frente a un hecho histórico, sin precedentes, usar la imagen de la democracia para hacernos vivir la farsa de un gobierno que sigue sin gobernar, la farsa para que todo parezca que no ha pasado nada y estirar aún más la crisis. La pregunta sin respuesta es “¿hasta cuándo?.