El presidente no solo esta carente de poder por el ninguneo que le hace su vice diciendo que esta en el cargo de prestado que ella lo dio, esta falto de poder por el descontento social por la inflación, ahora se le suma un acto que lo pone en evidencia; está en la inmensa soledad del cargo máximo nacional. Nadie del gobierno quiere salir en la foto, saben que corren riesgo en su futuro político, o por mala imagen, o por los reproches que pueden llegar del la otra orilla del FDT.

Alberto Fernandez cayó en la trampa de su propio jefe de gabinete (no mal intencionada, pero si riesgosa) y salió mal. Ayer Manzur en una reunión prácticamente exigió, por hoy, que los gobernadores, intendentes y todo el gabinete debía estar presente en el acto de la UCRA, en una suerte de relanzamiento y mensaje de unidad en el crítico momento de un gobierno agrietado por donde se lo mire.

Al acto solo dio el presente un solo gobernador, el sanjuanino Sergio Uñac. Axel Kicillof pego el faltazo, al igual que todos los intendentes peronistas del conurbano bonaerense, El ministro del Interior Wado de Pedro, un embajador cristinista dentro del gabinete, tampoco estuvo presente, si bien fue con aviso por otras actividades, si participara de un evento netamente Kirchnerista el fin de semana junto con Máximo.

En uno de los pasajes del acto, el presidente dijo «nos quieren ver divididos» hablando de un enemigo externo,  siendo poco memorioso, de los cruces y chicanas que el mismo protagonizó en los últimos días, a los golpes bajos que vienen de la otra tribuna encabezada por Cristina y sus alienados.

Entre los mas reconocidos, estuvo repletos de los referentes de los principales gremios y de una CGT anestesiada. Pablo Moyano fue de la comitiva. También estuvo el Ministro de Economía Martin Guzman, el embajador en Brasil y ex candidato presidencial Daniel Scioli y a pesar que dijo que iba estar ausente, estuvo Sergio Massa; el gran mediador de un partido que se cae a pedazos.

Alberto Fernandez dijo que el país se estaba poniendo de pie, con nueva generación de empleo, gracias a créditos y el apoyo del estado. La realidad es que los aplaudidores, fueron siempre los mismos, los gremialistas y su gente, donde reside el poco poder de este presidente.

La realidad una vez mas condiciona lo discursivo. El presidente contantemente demuestra estar mirando para el otro lado, cuando se trata de hacer autocritica de su gestión que no levanta cabeza ni por asomo. Basta seguir esperando, ver si hay alguna reacción, o solo resta dejar pasar el tiempo, que haya cambio de gestión y que el próximo sea aunque sea manos malo.