Lo que los medios y analistas económicos y políticos no dicen por miedo de ser tildados como golpistas o gorilas. «el gobierno entró en un camino sin retorno, que nos conduce al precipicio».

Ni Alberto Fernandez como presidente, ni la nueva ministra de economía van a poder contra el flajelo de la inflación que los gobiernos populistas de Néstor y Cristina nos sumergieron.

Néstor Kirchner salió airoso de su gobierno y como estadista. Es que justamente en esa época recién comenzaba el cambio de conducción económica del país dejando el 1 a 1 para entrar en un proceso inflacionario que nos hizo competitivos en la región sobre todo contra nuestra sombra Brasil, que ya venia devaluando el real. Es que las políticas del por entonces presidente, con la ayuda de la venta de soja a precios record, hubo un aumento de ingreso de divisas. Eso ayudó, pero el patagónico, tuvo suerte por el viento de cola. Sumado que su devaluación y política nos sacaron del pozo liberal del menemismo y alianza. Pero justamente esas medidas, necesitan corrección. Son medidas que sirven a corto plazo (como hizo Estados Unidos en pandemia) el problema es cuando se cree que la receta sirve para siempre. Ya Melconian hace 15 años predijo que esto iba a suceder y lo dijo con una metáfora: «es linda la fiesta de cumpleaños de 15, hay luces, música, comida, alegría. pero cuando termina, después hay que pagarla». Justamente ahora nos encontramos en ese momento, pagando el despilfarro y los buenos años de aquel momento. ¿entonces fueron tan buenos? ¿no hubo previsión de un política sostenible en el tiempo? la realidad dice que no. Kirchner se vio como «Gardel con guitarra eléctrica» y su economía de deuda interna nos trajo hasta este presente, pasando por Macri, que tampoco hizo pie.

La Responsabilidad siempre es de otro

El gobierno de Alberto Fernandez arrastra problemas del pasado, que no son solo el gobierno de Cambiemos. Hoy en la conferencia de cada jueves la portavoz del gobierno Gabriela Cerruti, dijo que el problema es la alta inflación heredada de Macri. Si bien el anterior presidente tuvo en 4 años una acumulación del 295,5% de inflación,  en lo que va del 2022, Alberto, según analistas privados, solo en un año tendría el 90%, sino más. Ahora es bueno preguntarse. ¿Es toda la culpa de la anterior gestión lo que esta pasando? La realidad es que no. Porque ya vamos 3 años de  gobierno y todavía no hay plan.

El gobierno le hecha la culpa también  a la pandemia del Covid. Y la realidad muestra otra cara. Todos los países de la región excepto Venezuela, tienen un promedio anual del 0.7% de inflación pospademia. ¿entonces es la culpa de la enfermedad?

Este año con la guerra de Ucrania-Rusia la responsabilidad fue puesta en el hecho bélico. la pregunta acá es: si bien es real que afectó a economías grandes como la de Estados Unidos,  no hay semejante desproporción en la inflación mundial como sucede en Venezuela o en nuestro país.

Lo que lleva a definir que el escenario paupérrimo de la economía es un problema netamente argentino. Mientras el gobierno siga mandando emisarios a despotricar contra una realidad que les parece siempre que es ajena a su gestión, el problema nunca se va a resolver. El gobierno de Frente de Todos en todas sus declaraciones, jamás se hace cargo del problema. Sigue el pensamiento que hace todo tirano, echarle la culpa al otro.

Lo que nadie se anima a decir

Ya en las PASO del 2019, donde Mauricio Macri perdió por gran diferencia. El Mercado reaccionó indicando que el futuro que se avecinaba de la mano del peronismo, no lo querían. El dólar de $39 pesos que estaba paso al lunes negro pos elección a $60. Todos los indicadores anticipaban nuestro terrible presente económico. Otro dato a tener en cuenta y que pocos recuerdan; es que en la gestión de Cambiemos, el dólar paralelo cotizaba por debajo del oficial. Hoy vale 120% más. Antes no había ninguna restricción y responsabilizaban fuga de capitales. Hoy solo se puede comprar dólar ahorro con tope y con impuestos. Existe el dólar turismo con una recarga del 45%, hay intervención del estado en cada operatoria diaria. ¿entonces si ahora no se fugan los capitales, porque hay tantas restricciones?

Los analistas económicos lo dicen constantemente. El problema argentino es una cuestión política mas que económica. Hasta hace unos años la grieta era entre progres y centro derecha.  Hoy las diferencias son dentro del mismo gobierno. Que hoy la vice no salga a salpicar al presidente, no significa que haya reconciliación, es solo una tregua que beneficia a ambos.

Mientras tanto los de a pie sufren la incertidumbre. El clima social esta caldeado, hay fastidio de la clase social, y el clientelismo (piqueteros y diferentes movimientos sociales) están metiendo presión. Incluso la CGT que estaba anestesiada, porque jugaban a favor del presidente, salieron en la voz de Pablo Moyano a dejar conocer una posible marcha el 17 de agosto.

Los problemas no tienen solución para este gobierno 

Ante la fuerte presión por el aumento del dólar Blue, incluso está subiendo el oficial. El cepo a la moneda estadounidense a la compra de insumos (importación) esta generando, y ya se nota en las góndolas de los mercados, desabastecimiento de ciertos productos. Materia prima para fabricas que ya anunciaron adelanto de vacaciones o suspensiones, mientras el oficialismo gasta dinero en publicidad televisiva diciendo que aumentó la generación de empleo. La falta de Gasoil, que si bien mejoró, está lejos de estar solucionado. Completa el combo un campo que no vende mas que lo necesario, por las retenciones, ya que el productor gasta en blue pero recupera en oficial, hace que el gobierno se esté perdiendo en este momento de un gran caudal de divisa por el aumento de la soja en el mercado mundial. O sea, quien le sacó las papas del fuego en el 2003 a Néstor Kirchner, hoy no estaría. Y si a eso le sumamos la presión de Grabois y compañía. El gobierno se auto atrinchero, pero le entran las balas por todos los costados.

El gobierno de Alberto Fernández, solo resiste con restricciones, sin medidas y sin planes. Resiste llegar a un final predecible. En Gran Bretaña e Italia, por estas semanas, por muchísimos menos dificultades económicas y por un digito de inflación, los primer ministros renunciaron por incapacidad y falta de apoyo.