“El agua de los pobres”. Con estas palabras, un vecino de Claypole describe la escena. Vecinos llegan a diario a las canillas públicas ubicadas sobre la avenida Monteverde al 7000 para cargar bidones y tener agua en su casa.

Aseguran que no cuentan con agua potable en el barrio por lo que cargan bidones, de a dos o tres por día, para poder cocinar y tener algo para tomar durante el día. Los testimonios parecen calcados: agua de pozo, agua con sarro, no se puede tomar.

“Yo tengo pozo. No tenemos red de agua y no se puede tomar”, aseguró una de las vecinas que se acercó a las canillas públicas. Señala que las obras de AySA “llegaron hasta Monteverde y República pero de ahí no pasó”.

Lamentó que “el agua no se puede tomar porque sale turbia”. “Sólo se usa para bañarse y lavar la ropa”, explicó la vecina, quien advirtió que “hay mucha gente que esta abandonada”. Es que según contó, se acercan desde varios barrios; entre ellos Claypole y Rafael Calzada (Almirante Brown).

Otro hombre que se acercó contó, en declaraciones a C5N, que se lleva entre 10 y 12 bidones cada tres días.

Antonio vive frente a estas canillas y precisó que “a veces sale bien y a veces sale amarilla o con mucho cloro”. Sostuvo, asimismo, que desde hace dos décadas se da esta situación de vecinos que llegan con bidones en busca de agua potable.

“Tenemos agua pero no es potable, no se puede tomar”, explicó otra mujer que se acercó con las botellas de grandes dimensiones.

Según contó, paga el servicio de AySA, de agua y cloacas, pero no tiene red. “La empresa tendría que moverse un poquito más”, consideró, al tiempo que dejó en evidencia la “bronca” que siente porque la empresa “no da bolilla”.

La misma situación se vive sobre la calle Pichincha al 1100, en Temperley (partido de Lomas de Zamora), cuyos vecinos pide que “AySA se haga cargo de este problema porque son ellos los responsables de esta situación”. “Lo saben, no son ajenos a este problema”, advierte una mujer, quien reside en una de las 13 casas afectadas de la zona.