Cada 20 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Felicidad, una fecha establecida con el objetivo de generar conciencia sobre la importancia del bienestar en la vida cotidiana. La jornada busca fomentar acciones que ayuden a mejorar la calidad de vida y promuevan un estado emocional positivo en la población.
«El reconocimiento de esta fecha permite destacar la relevancia de la felicidad en las sociedades y su impacto en la salud integral de las personas», señalan desde organismos internacionales que impulsan esta celebración.
El origen de la conmemoración
En 2012, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la celebración anual del Día Internacional de la Felicidad durante una reunión en Bután, un país que considera la felicidad un derecho esencial, incluso por encima del crecimiento económico. A partir de esta visión, se acuñó el concepto de «Felicidad Nacional Bruta» como un indicador clave del desarrollo.
Hábitos que contribuyen al bienestar emocional
Diversos especialistas sostienen que la felicidad no es un estado permanente, sino un proceso que puede ser fortalecido a través de acciones concretas. Algunas de las prácticas recomendadas incluyen:
- Conversar con alguien o realizar terapia: compartir pensamientos y emociones puede proporcionar apoyo emocional y mejorar la perspectiva personal.
- Practicar ejercicio físico: la actividad física estimula la liberación de endorfinas, reduciendo el estrés y mejorando el estado de ánimo.
- Disfrutar del tiempo libre: dedicar momentos al ocio y al descanso ayuda a reducir la tensión acumulada y favorece el equilibrio emocional.
- Fomentar las relaciones sociales: contar con lazos afectivos sólidos mejora la salud mental y el bienestar general.
- Escribir pensamientos negativos: plasmar emociones en un diario o cuaderno puede ayudar a procesarlas y evitar el autosabotaje.
- Mantener un descanso adecuado: dormir al menos siete horas por noche favorece la salud cerebral y contribuye a un estado de ánimo positivo.
- Practicar el perdón: dejar atrás rencores y pensamientos negativos puede mejorar la calidad de vida y reducir el estrés.
- Meditar regularmente: la meditación es una herramienta eficaz para disminuir la ansiedad y mejorar la concentración.
- Encontrar un pasatiempo: realizar actividades recreativas o creativas estimula la motivación y fortalece la autoestima.
- Limitar el uso de dispositivos electrónicos: reducir la exposición a pantallas mejora la calidad del sueño y fomenta la introspección.
Incorporar estos hábitos en la vida diaria puede contribuir significativamente a una mayor sensación de bienestar. En el marco del Día Internacional de la Felicidad, la reflexión sobre estas prácticas adquiere un valor especial, recordando que el equilibrio emocional es clave para una vida plena y armoniosa.