Matías Antúnez, un joven vecino de Longchamps, ha demostrado que la disciplina y la pasión pueden llevarte muy lejos. Este atleta, que se inició de forma autodidacta en la calistenia, hoy ostenta el título de campeón nacional y sueña con conquistar el mundo.
El interés de Matías por la calistenia nació en 2012 de manera natural. «Siempre me atrajo el movimiento corporal y la fuerza sin depender de máquinas», cuenta Matías en conversación con Brown OnLine. Sus primeros entrenamientos fueron en plazas con amigos, buscando simplemente divertirse. Con el tiempo, esa diversión se transformó en una dedicación seria, investigación y constancia, lo que rápidamente le trajo resultados.
Su aparición en el programa de televisión «Bienvenidos a Bordo» de Canal 13 marcó un antes y un después. En 2021, terminó acompañando a Nahuel El Carpintero López Matheu en la competencia de dominadas del ciclo que conduce Guido Kazcka y en el que en poco tiempo se convirtió en una figura. «Me permitió mostrar mi disciplina a un público mucho más amplio. La calistenia no siempre tiene visibilidad en medios masivos, y poder compartir lo que hacemos con tanta gente fue muy gratificante». Además, la experiencia le abrió puertas profesionales, desde un aumento en sus seguidores hasta propuestas de colaboración y la difusión de talleres y entrenamientos.
Matías creció en Longchamps, un lugar que para él representa «familia, amigos y los primeros pasos de todo lo que soy hoy». Desde chico fue inquieto, siempre buscando moverse, explorar y aprender. Pasaba horas jugando en la calle y en las plazas del barrio, creando desafíos con sus amigos.
Su formación en la Escuela Técnica N°1 de Longchamps no solo le brindó conocimientos técnicos, sino también valores esenciales como la responsabilidad y el trabajo en equipo. «La escuela técnica me dio una base sólida, y el ambiente de barrio me enseñó a valorar lo simple, a tener humildad y a soñar en grande incluso desde un rincón del conurbano», reflexiona. «Longchamps sigue siendo mi lugar, donde empezó todo», recalca.
Matías describe la calistenia como una disciplina integral que desarrolla fuerza, movilidad, resistencia, control corporal y una profunda conciencia sobre el propio cuerpo. Subraya que no se necesitan grandes recursos para empezar, solo «ganas y constancia».
«La recomiendo porque es inclusiva, adaptable a todos los niveles, y porque crea comunidad: entrenar en plazas, compartir progresos, aprender de otros, eso es parte de lo lindo que tiene esta disciplina», asegura y agrega que «también tiene un impacto muy positivo en la salud mental: te ayuda a liberar estrés, a superarte y a mantener el enfoque».
La Consagración Nacional y el sueño del mundial
El 8 de marzo se convirtió en campeón mundial en el torneo que tuvo lugar en Quilmes. Convertirse en campeón nacional fue, para Matías, una experiencia definitoria. «Me mostró que con disciplina y pasión se puede llegar muy lejos», asegura. Enfrentarse a atletas de otros países lo impulsó a crecer, a perfeccionar sus técnicas y a valorar su propio camino.
Actualmente, Matías se enfoca en seguir creciendo como atleta y entrenador. Imparte clases, workshops y comparte contenido en redes sociales para motivar e informar a quienes desean iniciarse o avanzar en la calistenia.
Su gran objetivo a futuro es convertirse en campeón mundial de Power Free, una rama de la calistenia que fusiona fuerza máxima, control y movimientos explosivos. «Es un sueño grande, pero trabajo todos los días para alcanzarlo», afirma con convicción.
Además, Matías aspira a abrir su propio espacio de entrenamiento, representar a Argentina en más competencias internacionales y continuar promoviendo la calistenia como una herramienta capaz de transformar tanto el cuerpo como la mente.
En su cuenta de Instagram, Antúnez suele publicar imágenes en donde exhibe su fuerza y sus habilidades deportivas.