La madre de dos niños de 3 y 7 años denunció ante la justicia que el padre de sus hijos, llamado Mariano Alcorta -que ejerce la docencia en escuelas de Glew- se llevó a los niños de la casa de su madre sin autorización de ella luego de que la pareja de Alcorta, Ayelén Vanini, golpeara violentamente a Rocío, quien debió recibir atención médica y desde entonces no sabe dónde están sus hijos. “Yo no sé si están con esta persona que es la pareja de él. No sé cuál es su límite, pienso que no se pueden desaparecer con ellos. No tengo noticias, los llamé de todo tipo de teléfonos, los llamé por todos lados, los busqué y no hay forma de comunicarme. Nadie sabe nada de él, nadie los vio, no sé dónde están mis hijos”, le dice Rocío a Brown On Line.
Rocío cuenta que el lunes 9 de junio tenía que llevarlo a Valentín, su hijo menor, al pediatra porque había tenido fiebre durante la noche. «Entonces le avisé al padre de mis hijos que iba a llevarlos un rato después porque siempre pasaba a buscarlos por la escuela para no cruzarse conmigo», empieza relatando Rocío a Brown On Line. “Ellos (Alcorta y Vanini) tenían que venir a buscarlos a las 12 del mediodía. Nosotros hacíamos los cambios en la puerta del colegio, o sea, yo llevaba a los niños al colegio y él los retiraba para no tener que cruzarse conmigo. Y bueno, sucedió que mi nene más chiquito, Valentín, estuvo todo el fin de semana con fiebre, entonces yo tenía turno para ir al pediatra ese lunes a las 12 del mediodía. Le comunico esto a él, que los niños no habían ido al colegio, que estaban en mi casa, que los iba a llevar al médico y cuando terminaba los llevaba hasta su casa. Le avisé que se iba a pasar un poquito la hora de las 12, pero que era porque los iba a llevar al pediatra. Él me contestó a través de su abogada, me dijo que no, que él los iba a llevar al médico, que los pasaba a buscar 11.45. Yo le dije que no había problema: estaba preparando a mis hijos a las 11 de la mañana, el más chiquito todavía estaba durmiendo porque estaba la noche con bastante temperatura y empecé a escuchar varios bocinazos en la puerta de mi casa entonces me asomé por la ventana, vi que estaban mirando por la ligustrina”.
Su ex marido, Mariano Alcorta, estaba en el auto. «Mariano intentó salir del auto para hablar conmigo, pero ella se lo impidió y empezó a gritar. La situación estaba muy violenta, entonces decidí no sacar a los chicos para no exponerlos a una situación donde ellos estaban nerviosos y a los gritos. Siempre traté de cuidar a los chicos y que no pierdan el contacto con su papá porque yo tuve un padre abandónico y no quería eso para mis hijos», dice Rocío, que es docente y abogada. La situación se fue tornando violenta hasta que «ella me tomó de los pelos, me tiró al piso, me pegó patadas y piñas», cuenta la madre de los niños.
Todos buscan a los chicos
“Ayer fui al juzgado de Familia 1 de Lomas de Zamora. Ellos trataron de comunicarse con la abogada por teléfono y no pudieron. También fui a la escuela de mis hijos, no estaban el día jueves, ni en el jardín ni en la escuela. Las escuelas están muy preocupadas, ya hicieron las denuncias correspondientes a los servicios locales porque los chicos no van al colegio. Estamos todos buscándolos”, cuenta Rocío. «Estoy desesperada», dice.
Hoy la policía recibirá el oficio del Juzgado para iniciar la búsqueda porque ni el juzgado, ni la escuela, ni el servicio local de niñez saben a dónde están los hijos de Rocío. “Ayer fui al domicilio de ella, después fui al domicilio de los padres de él y en ningún lado saben nada”.
Violencias
Rocío denuncia que padece situaciones violentas desde 2023. “Empezó un cuenta gotas y todo se fue cada vez desvirtuando más hasta llegar a este punto que él terminó llevándose a los nenes”. El sujeto incumplió la cuota de alimentos. “Me llamaba por teléfono, hostigándome, viniendo a la puerta de mi casa, tirándome las llaves, tirándome las mochilas cuando estaban los nenes ahí. Me hostigaba mucho por el teléfono cada vez que hablábamos por teléfono me decía cosas horribles, que ojalá me muriera, que ojalá no existiera, porque yo estuve enferma de cáncer y ojalá me hubiera muerto con el cáncer, bueno, así un montón de cosas horribles. El año pasado hice muchas denuncias en la comisaría de Burzaco, en la de la familia, y tuve una restricción perimetral y él tuvo que hacer un curso hasta diciembre del año pasado”. Esa decisión de la justicia calmó un poco las aguas. Lograron un acuerdo de régimen de visitas en el juzgado, pero quedaba pendiente la cuestión de alimentos, que Alcorta no atendía.
El Tribunal de Familia 1 de Lomas de Zamora dictó una medida provisoria respecto de la cuota alimentaria, pero hoy Rocío sostiene con trabajo propio la crianza de sus hijos. “Trabajo todo el día, trabajo tres cargos y eso implica ver muy poco tiempo a mis hijos. Lo hago para poder mantenerlos porque él en todo este tiempo me ha pasado la plata que quiso, que te puedo decir lo máximo que me ha pasado son 200 mil pesos, que fue el mes pasado”, resume.
“Nunca me dejó ver sus recibos de sueldo, me cansé con mi abogada de pedirle al juzgado que dicte sentencia, que lo multen, que le embarguen el sueldo, nunca lo embargaron, nunca lo multaron porque me pagó tarde. No colabora con nada. Lo que hizo fue renunciar a varias horas del colegio para que mi sueldo quede más alto que el sueldo de él y no tener que pasar cuota de alimentos”, dice Rocío.