Un hombre de 75 años fue víctima de un robo en la modalidad “viuda negra” en su propia casa ubicada en Temperley. Los delincuentes que iban en apoyo de la mujer a la conoció en redes sociales lo desvalijaron y asesinaron a su perro. Todo comenzó cuando conoció a una joven de entre 20 y 25 años, y pactó una cita con ella. Lo que parecía una velada tranquila se transformó en un brutal ataque.
El hombre de 75 años trabajaba como chofer haciendo viajes en su auto. Así conoció a una joven que se ganó su confianza y que volvió a contactarlo para pedirle que la lleve hasta un domicilio en José Mármol. Fue el comienzo de una secuencia terrorífica que casi le cuesta la vida y que terminó con su mascota asesinada.
En pleno viaje, la joven le dijo a Fernando que necesitaba hacer tiempo. Incluso, le comentó que todavía no había almorzado y lo invitó a tomar algo. El hombre se ofreció a llevarla a cenar su casa en la calle Senillosa, en el barrio San José de Temperley. «Le hice unas costillitas de cerdo. Después me dice ‘¿Tomamos un café?’ y le di el frasco de café. Se puso a preparar, yo me fui a poner la pava de agua caliente y se ve que ahí hizo la mezcla», recordó el hombre en diálogo con El Trece.
«A los 10 minutos me entré a sentir flojo. Dije ‘me voy a recostar’ y no sé si llegué a la pieza. Desde ahí no me acuerdo más nada», completó Fernando sobre el momento en que se desvaneció. Estuvo dormido desde las 20 horas de ese día hasta las 15 del día siguiente, cuando lo encontraron sus amigos y Silvia, su exesposa.
«Jamás me lo imaginé. Si no, no la hubiese traído a mi casa. Se dio todo muy bien armado para que ella pudiera entrar a mi casa. Sobre la viuda negra escuchás que la engancharon en un boliche, en una confitería, pero jamás pensé que por los viajes», afirmó Fernando, quien consideraba a la joven como «una amiga». «Me escribió varias veces diciendo que me iba a dar viajes. Cambió el celular desde el primer viaje a estos», agregó.
Además, señaló que la delincuente se las ingeniaba para ocultar su identidad y que todavía sigue usando el teléfono con el que contactó a Fernando. «Si hoy la veo de frente no sé quién es, porque siempre anduvo con una gorra muy apretada o con capucha. El teléfono lo tiene en vigencia, una cosa insólita. Todos esos datos están en la denuncia», explicó el vecino de Temperley.
Por la magnitud del robo, Fernando cree que la joven actuó con varios cómplices dentro de su casa. Lo que más le dolió, más allá del dinero que le sacaron, fue la crueldad con la que asesinaron a su mascota. «Lo peor es que me mataron a mi perro, que era mi vida. Este perro me lo consiguió Silvia. Lo malcriaba más que a mi nieto. Yo vivía para él y él vivía para mí. Él dio la vida por mí, por eso lo mataron. Habrá visto que me movieron para hacer algo, salió en defensa y no lo podían mantener. Lo encontré el lunes a la noche entre toda la ropa y toallones que me tiraron en mi baño», relató