Una nueva marcha de jubilados frente al Congreso fue reprimida este miércoles por fuerzas federales y de la Ciudad de Buenos Aires, en el marco de un megaoperativo policial que buscó frenar el avance de los manifestantes que exigen mejoras en sus haberes y rechazan el inminente veto presidencial a la nueva ley de movilidad jubilatoria.
La jornada comenzó temprano con una concentración pacífica de jubilados y organizaciones sociales, que vienen marchando todos los miércoles para reclamar el aumento de las jubilaciones mínimas a $1.250.000, la restitución plena de medicamentos y el restablecimiento de la movilidad. Pero el Gobierno de Javier Milei blindó el Congreso desde las primeras horas del día con vallas, patrulleros y efectivos armados de Gendarmería, Prefectura, Policía Federal y Policía de la Ciudad.
Pasadas las 16, un grupo de manifestantes intentó avanzar por Avenida de Mayo hacia Plaza de Mayo, pero fue interceptado por la Policía. Se registraron incidentes, al menos cinco detenidos y una mujer herida en un café de la zona que terminó con destrozos. Según testigos y videos televisivos, los uniformados marcaron con pintura a manifestantes para identificarlos como iniciadores de disturbios y detenerlos.
Los efectivos impidieron el acceso al Congreso a toda persona ajena al personal legislativo, prensa o acreditados. Los manifestantes denuncian que el Gobierno utiliza una estrategia de represión sistemática para frenar los reclamos sociales y silenciar el descontento de los sectores más vulnerables. “El brutal ajuste del FMI golpea a todos los sectores populares”, expresaron los voceros de la protesta.
El reclamo se intensificó tras la aprobación de la ley en el Congreso que eleva el bono jubilatorio de $70.000 a $110.000, aumenta los haberes en un 7,2% y reabre la moratoria previsional. Desde el oficialismo ya anticiparon que Milei vetará la norma antes del 4 de agosto, argumentando que afectaría el equilibrio fiscal. “Nuestro compromiso es vetar cualquier cosa que atente contra el déficit cero”, advirtió el Presidente en redes sociales.
De promulgarse, la jubilación mínima pasaría a $441.564, lo que representa un aumento del 16,4%. En Casa Rosada ya evalúan judicializar el tema si el Congreso logra rechazar el veto. Mientras tanto, los jubilados prometieron seguir marchando cada miércoles, a pesar del endurecimiento del operativo de seguridad.