La costa bonaerense se prepara para recibir el domingo 23 de noviembre una nueva edición de la Atlántica ULTRA100K, una de las competencias de resistencia más exigentes y convocantes del país. El desafío propone a los participantes a recorrer 100 kilómetros en un mismo día, partiendo desde Mar del Plata y avanzando por la costa hasta llegar finalmente a Villa Gesell, en un recorrido duro, cambiante y profundamente emocional.
Entre los corredores estará Luis Pérez, vecino de Don Orione, quien dialogó con Brown On Line y compartió sus sensaciones, su historia y el enorme significado que tiene esta carrera en su vida deportiva. Con 15 años dentro de la disciplina, Pérez recuerda que su camino comenzó de manera simple pero decisiva: “Mis inicios fueron con muy poco conocimiento. Fue un proceso de aprendizaje constante, marcado por la experiencia, la observación y el intercambio con otros corredores. Con el tiempo, la curiosidad inicial se transformó en pasión, y la pasión en disciplina”.
Superar los 100 kilómetros de la costa atlántica requiere una combinación de resistencia, fuerza y adaptación al terreno. En este sentido, el atleta detalló: “La preparación física lleva mucho tiempo, hay que planificar cada detalle. Corro 3 veces por semana y completo la semana con entrenamiento en el gimnasio.” Más allá del cuerpo, Pérez destaca que la clave está en la fortaleza mental: “La mente en esta competencia juega un papel fundamental ya que voy a competir recorriendo una distancia muy larga en un día. Hay que tratar de mantener la calma, principalmente en los días previos; siempre aparecen los nervios y la ansiedad”. Es que controlar los pensamientos, manejar la ansiedad y sostener la concentración se vuelve tan importante como regular el ritmo o la hidratación.
El significado emocional de llegar a la meta
Para Luis la llegada es un momento que trasciende lo deportivo: “Es un montón. Cuando llego a la meta se me vienen muchas cosas a la cabeza. No sé cómo explicarlo; es el momento en que te acordás de todos y de todo por lo que me entreno. Es como que todo el esfuerzo previo tiene sentido y vale la pena. Es una experiencia que te deja marcado para siempre. Estoy seguro de que me voy a llevar un gran recuerdo de ese día”.
Este tipo de competencia no sólo pone a prueba límites físicos; también deja huellas emocionales que acompañan a cada corredor mucho después de cruzar la línea final.










