El dueño de Sur Finanzas, Ariel vallejo, pasó de operar en una oficina pequeña en Adrogué a registrar una red de compañías en Miami, con la intención de llevar su marca al mercado estadounidense de cara al Mundial de 2026, un proyecto frustrado tras la denuncia presentada por la DGI por presunto lavado y evasión, por la cual Sur Finanzas quedó en el ojo de la tormenta.
El organismo acusó a Vallejos de haber facilitado maniobras de evasión impositiva y presunto lavado de dinero mediante el uso de la billetera virtual de su financiera, a través de un amplio grupo de empresas y clientes que, según la documentación oficial, serían apócrifos o no confiables. La denuncia menciona dos supuestas maniobras irregulares: evasión del impuesto al débito y crédito bancario por $3300 millones y movimientos por $880.000 millones que están bajo investigación por presunto lavado.
Además de dos sucursales en Monte Grande, tiene dos sucursales en Adrogué, una en Lomas y otra en Banfield. Según la DGI, esa suma circuló dentro de la billetera virtual de Sur Finanzas, una herramienta que concentra la operatoria de miles de clientes. Dentro de ese universo, el organismo detectó que el 31% no está categorizado, y dentro de ese segmento aparecen dos grupos particularmente sensibles: 9% de usuarios apócrifos o no confiables y 27% de monotributistas sin capacidad económica acorde a los montos operados.
En conjunto, las empresas consideradas apócrifas habrían movido $72.000 millones dentro del sistema de Sur Finanzas, lo que para la DGI podría ser en rigor una maniobra de lavado a través de la que grandes jugadores se esconden detrás de firmas ficticias para lavar sumas de dinero.
“La operatoria detectada indica que el dinero recibido proviene de un circuito marginal y no es declarado por sus reales titulares, disminuyendo así sus cargas tributarias”, advirtió la DGI en su presentación.
Producciones del Este SRL es una de las firmas señaladas. Está dedicada a “servicios relacionados con la impresión” y, de acuerdo con la denuncia, movió $24.968.655.354 a través de la billetera de Sur Finanzas. Las facturas apócrifas de esta empresa ya habían sido detectadas en 2012.
Otro caso es Parasole Construcciones y Servicios S.A., que figura como una empresa dedicada a reformas y reparación de edificios. La DGI la tiene catalogada como apócrifa desde 2022, pero aun así movió $6.526.140.948 dentro de la financiera. En los documentos también constan rechazos de cheques por falta de fondos, una señal que refuerza la inconsistencia entre su situación real y los montos operados.
Todo Junto Bazar, registrado para la venta mayorista de electrodomésticos, fue creado en julio de 2023 y ya en agosto de ese año la DGI detectó que se trataba de una firma apócrifa. Aun así, la empresa movió $377 millones por Sur Finanzas. Entre los montos más altos aparece Rodepau Group SRL, dedicada a la venta mayorista de componentes electrónicos, con operaciones por $6.966.226.616.
Otros ejemplos incluidos en el informe son: Betech Group ($5900 millones), Flux Green ($5400 millones), Carne de las Pampas S.A. ($5100 millones), Grupo Rex SRL ($5082 millones) y Excellent Solutions ($2366 millones). Hay más: Viveli S.A. ($1511 millones), Benedict S.A. ($1315 millones), Distribuidora Confortilieri ($967 millones), Blue Angus Wagyu SRL ($961 millones) Mayfrio: ($799 millones) y Matarifes Unidos ($711 millones).
Para la DGI, todas estas firmas comparten un patrón: estructuras incompatibles con el volumen de dinero que movieron. La característica común, según el organismo, es que operan dentro de un circuito marginal cuya finalidad sería reducir la carga tributaria de los verdaderos beneficiarios del dinero.










