Este miércoles 4 de mayo la serie El marginal estrena su quinta y final temporada en Netflix. Al inicio, Diosito (Nicolás Furtado) habrá huido del penal de Puente Viejo con su destino criminal en juego.
Su hermano Mario Borges (Claudio Rissi) rearma sus negocios carcelarios con Antín, el agudo director de la prisión (Gerardo Romano). Pastor (Juan Minujín) es recapturado y escribe un libro para limar su dolor y denunciar al sistema penal. ¿Su título? El marginal. ¿Habrá redención o fatalidad más allá del encierro?
Se verán sangre, sudor y ánimas en purga, en un salto temporal de tres años respecto del final de la cuarta temporada. Todas las piezas de la fascinante y cruda ficción tensarán sus razones para aferrar, compartir o liquidar el poder entre los barrotes.
SPOILERS !!!
En esta recapitulación, en El marginal 5 reaparecerá también la joven que había sido secuestrada en el penal de San Onofre en la primera temporada: Luna Lunati (Maite Lanata).
Será un giro circular para alguien nada marginal. Sin la moral corrupta de su padre juez, Lunati se habrá convertido en una abogada muy empática con Pastor, quien a su vez busca recobrar la patria potestad de su hijo. Claro, si los tribunales y la nueva jueza María Virginia Piñeyro (María Leal) se inclinan sin ceguera a su favor.
Los seis episodios de El marginal 5 avanzarán con velocidad y feroz emoción, en un arduo equilibrio (hasta su pasmoso final) entre las diversas historias de los seres en pugna en Puente Viejo. Ellos -y ellas- confluirán sin respiro y lidiarán con sus respectivos odios (y afectos sesgados por las rejas), regidos por la violencia penitenciaria y policial al servicio de los patrones de turno.
Traducido al lenguaje voraz de El marginal 5: en Puente Viejo habrá seguras muertes, alianzas y traiciones, con diversas dosis de brutalidad y de humor intramuros -y hasta efímera ternura-.
En esta línea, los que querrán dominar en Puente Viejo, cerca o lejos de los Borges, son Ariel Staltari (Bardo), Daniel Pacheco Bautista (James), Abel Ayala (César) y Medina (Jorge Prado), el jefe de los Renacidos: unos fanáticos religiosos que cobran un diezmo a los trabajadores en los pabellones.
En guiño a sus temporadas previas, El marginal 5 engrosa sus trazos psicológicos en las guerras entre clanes de presos. Es un mundo negro y con pinceladas rojas que se derraman en la pantalla, para la sorpresa, el pavor o el morbo de los fieles tumberos.
Al mismo tiempo, el drama carcelario-policial-judicial perfecciona su lectura política mirando afuera de Puente Viejo (un mundo opresivo aún peor que el de San Onofre). Porque la cárcel es el subsuelo de una sociedad que condena fatalmente, en vez de reinsertar, a quienes no pudieron comprar al mejor abogado de los ricos.
Así, El marginal 5 potenciará su efectividad narrativa en la relación de fuerzas, frágil e ingeniosa (y con respiración para el humor) entre los dúos rotativos: James “el colombiano” y Bardo, los laderos del veterano Mario Borges, y con su hermano Diosito tratando de lidiar con las revelaciones familiares que se le acumulan afuera de la cárcel.
Como productor general de El marginal, Pablo Culell ofrece sus augurios de cara al adiós irrevocable de la serie, ya sin precuelas ni saltos narrativos adelante o atrás. “De todos los momentos de la quinta temporada yo elijo el final”, revela Culell, socio de Sebastián Ortega en Underground Producciones.
“Se van a encontrar con un momento muy fuerte, conmovedor e impactante, y que al mismo tiempo cierra el camino de cada uno de los personajes -acentúa Culell-. Ahora no sólo van a ver acción pura o violencia extrema. Esto está más matizado y lo van a encontrar cerca del cierre, que está a la altura de todo lo que fue El marginal”.
Culell analiza las chances de redención para los personajes más arduos. “Viven en un extremo tan grande que, si fueran de carne y hueso, sería muy difícil que pudieran redimirse. Hay personajes que es imposible que cambien y que aprendan”, dice. “Otros van a generar un aporte para la sociedad. Y hay otros más que van a seguir su destino, que ya saben que va a rozar la fatalidad”.