El nombre del título de esta columna, lo sabemos es de una película, por cierto taquillera, un thriller, que nos sirve para describir la situación de la encerrona que tiene el poder de Alberto Fernandez. A nadie, por estas alturas, duda que es un presidente sin poder (lo tiene prestado, y su mentora se lo hace saber siempre de su propia boca o por medio de los suyos) Es que el peor enemigo del presidente, es su propia coalición. Si hay algo que Cristina tiene razón. Es que el ocupa ese puesto porque ella lo puso con el dedo.

Esta semana el Ministro de Economía Marín Guzman, estuvo con empresarios. Haciendo muestra de las bondades de esta gestión. Era un surfista en un mar infectado de tiburones. ¿Pensaba tapar el sol con el dedo? Dijo que la economía esta en plena recuperación, lo peor pasó y se han creado nuevos puestos de trabajo. Hay expectativas. ¿Pensó que le creyeron? ¿esperaba aplausos? La realidad es muy distinta al relato. Como lo señala en su columna, este sábado Jorge Lanata en Clarín;  «Los números de recuperación del empleo también esconden una trampa: mientras en 2021 el empleo privado creció en 265.000 puestos de trabajo, el mayor aporte a la baja de la desocupación lo dieron los 110.000 nuevos empleados en el sector público, 113.000 monotributistas y 81.000 nuevos inscriptos en el monotributo social».

Mientras el gobierno juega hacer la plancha, no encuentra tierra en el horizonte. La vice juega al desgaste por twitter y en cada presentación pública. Cuando no tiene a sus sequitos como el Cuervo Larroque y el gobernador de la provincia que cada vez se lo ve más alineado; está con los colmillos afilados con la mente en el 2023. Lo del «Cuervo» merece un capítulo aparte. Hace dos semanas dijo que a Guzman nadie lo voto. digo y pienso… ¿tiene crédito él para decirlo? porqué a él tampoco nadie lo votó. Es el mismo brabucón de la vieja y mala escuela de la otra gestión K donde también estaban los Delia y los Moreno (ex secretario de comercio).

Alberto cada vez aparece menos en la escena pública. Se siente un naufrago que se lo lleva la correntada al fondo del mar. Cristina juega al desgaste a nivel máximo. Mientras Massa es el conciliador entre las dos grietas oficialista -mientras por debajo debe pensar ¡en que me metí!.

Si bien las cifras de desempleo mejoraron en relación al 2020 y 2021, aun está lejos de años anteriores. Pero esos índices no son suficientes, teniendo en cuenta que la inflación incontrolada no deja a la clase media-baja llegar a fin de mes. De una vez por todas deben tomar conciencia que tanto el plan de precios cuidados como el «platita» ya ni siquiera son un paliativo. Y mal que nos pese, ni siquiera las paritarias. Porque de nada sirve que aumenten los sueldos si constantemente suben los precios y el problema sigue siendo el mismo. No queda otra que reducir el gasto fiscal, el gasto público y estamos lejos que eso suceda, si se siguen creando empleados públicos. Lavagna (ex ministro de economía) dijo esta semana que el problema no es económico, es político. Y tiene toda la razón, porque es una cuestión de hacer una autocritica y ver que las medidas no son las correctas y el estado no puede seguir manteniendo los desempleados que el sector privado deja afuera del sistema, sector que a su vez es el que mantiene al resto indirectamente. Porque si hay algo que no se dice, y todo gobierno hace alarde, es que el dinero que se paga en educación, salud, jubilaciones, seguridad, mas planes sociales, sale de lo que recauda el estado, de impuestos que tributa el sector privado. Si este se achica, menos ingresos hay. No solo eso, si sacamos mas dinero del que entra comienza la deuda. Es ahí donde entra en cuestión que el problema no es lo que debemos pagar al FMI o distintos acreedores buitres, es que gastamos más de lo que entra y el privado no soporta más impuestos, no queda margen.

El gobierno no se sincera, mientras tanto el poder juega a la ajedrez, de caras al 2023 y como sostenerse en el poder, como si eso fuera lo más importante – para ellos es mas importante – mientras que para los de a pie, es vivir. En tanto, crece la figura de Milei, la cual no es solo fogueada por su troupe o por los medios; tiene injerencia el descontento social y el fracaso del modelo populista, donde la sociedad busca en el economista una persona que habla como ellos, su verborragia de hartazgo. le da representatividad, y la nueva generación de jóvenes ven en el libertario una alternativa a su futuro oscuro.

El ala oficialista, principalmente Cristina hace cuentas y ante la proycción, ve que el crecimiento de Milei en las encuestas, le da buenas chances para las presidenciales, debido a que el votante de derecha se dividirá entre Juntos por el Cambio y Milei. Por mas que el kirchnerismo baje sus votantes, como de la vereda de enfrente están divididos, le alcanza con un 25% de piso, para mostrar que aun mantiene poder genuino y de esa forma al menos garantizarse un ballotage.

Mientras tanto los intendentes del conurbano, principalmente del principal cordón, no se pegan a ningún representante del poder nacional. Esperan agazapados, esperando que se maten entre ellos, para después de que rueden las cabezas acomodarse y peinarse para la foto.