La campeona sudamericana de peso mosca y vecina de Claypole, Ayelén “Piru” Granadino, se subirá al cuadrilátero este sábado para disputar el título regional WBA, un paso previo al título mundial. La velada será el sábado por la noche en el Casino Flotante, donde Ayelén «Piru» Granadino se enfrentará con Micaela Luján. En juego estará el título regional WBA mosca, un cinturón que no solo representa el liderazgo regional, sino que catapultará a la vencedora al top 5 mundial de la categoría, abriéndole las puertas a la tan anhelada disputa del título mundial. De hecho, «Piru» Granadino ya anticipó que este podría ser su próximo gran objetivo deportivo.

Además, el 14 de junio será una fecha de doble emoción para Granadino, ya que no sólo subirá al ring para este crucial combate, sino que también celebrará el cumpleaños de su única hija. Esta es la realidad para muchos pugilistas, quienes deben congeniar la exigencia de su carrera con las responsabilidades de la vida familiar. Ayelén lo tiene claro: sus padres son un pilar fundamental desde que fue madre, brindándole apoyo esencial con los cuidados de su hija y acompañándola incondicionalmente en su trayectoria deportiva.

A pesar de la magnitud de lo que está en juego a futuro, Ayelén mantiene su enfoque en el compromiso inmediato. «Estoy bien, contenta», señaló. «Venimos con una preparación de varios meses. El título mundial es importante, pero ahora estamos con la mente puesta en el sábado».

Este sábado marcará un nuevo hito en su carrera profesional: Ayelén disputará su pelea número 18. Con 11 victorias y sólo 2 derrotas, cada combate ha sido un escalón en su ascenso dentro del boxeo, consolidándola como una figura a tener en cuenta en la categoría mosca.

De cara al combate, Granadino analiza a sus oponentes, y Micaela Luján no es la excepción. «Es una rival agresiva, va para adelante», comenta «Piru», anticipando que la pelea no será nada fácil. Sin embargo, advierte que Luján «se va a encontrar con una Ayelén que está dispuesta a boxear», dejando claro que está preparada para un enfrentamiento intenso y estratégico en el que no dará un paso atrás.

La preparación

«Piru» dedica sus tardes a perfeccionar su técnica y estrategia en el gimnasio de la Escuela de Boxeo Horizonte, en San Francisco Solano. Allí, trabaja incansablemente bajo la supervisión de su entrenador, Daniel Salguero, y su preparador físico, Alex Corbalán. Su intensa preparación lo demuestra: «Estoy entrenando de lunes a sábados, tres veces a la semana entreno doble turno, estoy haciendo un poco más de guanteo», detalla.

Salguero, quien conoce a fondo el compromiso de «Piru», se muestra confiado de cara al combate del sábado. «Estamos con muchas ganas de traernos la victoria para Claypole, para eso estamos trabajando día a día», afirmó. Además, anticipa un gran espectáculo para los aficionados: «Por la calidad de boxeo de las dos, va a ser una pelea muy buena; son dos de las mejores de la categoría», sentenció.

Los inicios de una campeona

Con solo 27 años, Ayelén es la actual campeona sudamericana de la categoría mosca y, en su momento, supo conquistar la corona mundial en Francia. Su llegada al boxeo fue casi fortuita: buscando mejorar su salud física, un amigo le sugirió practicar el deporte. Así, a los 14 años, comenzó sus primeras prácticas. Oriunda de Mar del Plata, vive en la localidad de Claypole desde hace 13 años. Su trayectoria profesional la llevó por diversos gimnasios, forjándose desde abajo y superando los obstáculos en un deporte que, aún hoy, algunos erróneamente limitan sólo a los hombres.

En diálogo con BrownOnline, Ayelén compartió los detalles de sus inicios, revelando cómo el boxeo se convirtió en mucho más que un deporte: “Empecé con objetivos a corto plazo, como obtener la licencia, tener mis primeras peleas; esos pequeños pasos me llevaron a este momento. Todo pasó muy rápido, estaba convencida de que iba a llegar lejos en el boxeo, pero no de que iba a ser todo tan rápido. En un momento, el boxeo dejó de ser un deporte y se transformó en un refugio. Me di cuenta de que era mi vocación cuando, de manera casi instintiva, buscaba el gimnasio para superar cualquier dificultad. Ni siquiera la enfermedad me impedía ir. Necesitaba estar en el gimnasio, no podía vivir sin él. Ahí me di cuenta de que había encontrado mi lugar, que esto era lo mío, y que debía seguir adelante”.