La temporada de verano comenzó y los nuevos casos de Lyme no se hicieron esperar: la enfermedad provocada por la picadura de una garrapata, la cual no tiene cura definitiva pero sí un tratamiento alternativo, es más factible en los meses de calor ya que es el momento donde las crías salen de sus nidos para alimentarse de humanos o mamíferos. La lomense Anabel Vidal, portadora de Lyme, admitió que «fue increíble la cantidad de gente que se contactó en esta primera quincena de vacaciones por picaduras», lo que la motivó a alertar nuevamente a la sociedad sobre la existencia de esta enfermedad con distintos flyers alusivos, además de ponerse a disposición ante cualquier duda o sospecha.
«En estos primeros días del año, con gente de vacaciones por distintos puntos del país, me han hablado muchas personas con picaduras y síntomas compatibles con el Lyme. Es una situación preocupante», empezó a relatar Vidal, un tanto angustiada y alarmada ya que los llamados no solamente llegaron desde la costa atlántica, sino de otras provincias como Jujuy.
En estos primeros días del año, con gente de vacaciones por distintos puntos del país, me han hablado muchas personas con picaduras y síntomas compatibles con el Lyme. Es una situación preocupante.
La campaña que salió desde Lyme Argentina consiste en algunos flyers que alertan sobre la presencia de garrapatas en meses de calor, además de cómo extraerla correctamente si ya la encontramos prendida en el cuerpo: se debe utilizar una pinza de depilar para quitarla y luego, con un hisopo, pasar alcohol en la mordedura.
Cuando se produce la picadura y la garrapata está infectada, la bacteria Borrelia Burgdorferi ingresa al organismo por la sangre y genera una infección que en afecta a todos los órganos, la piel y al sistema inmune, lo que dificulta acertar con el diagnóstico. Algunos de los síntomas más comunes que se presentan, también expuestos en otro flyer de la campaña, son: una roncha con forma de escarapela en la zona de la picadura, un cuadro gripal con fiebre, dolores articulares y fatiga, ganglios inflamados y, en algunas ocasiones, parálisis facial o corporal.